Gracias por el beso de anoche, por ese supiro tan profundo. Éramos más chicos, tenías el pelo corto y las manos suaves.
Sacaban a Sarmiento del billete de cincuenta.
Me cuidabas y no nos importaba que el mundo siguiera o no girando...
Gracias por ese sueño
viernes, 8 de agosto de 2008
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